Soy el Capitán Pirata y
mantengo a raya a la tropa
con cien gramos de farlopa
voy rasgando su nariz.
¡Cerrad todos los ojos!,
piratillas y corsarios.
Tomad este brevario.
¡Preparaos a morir!
Les pido un poco de sangre
por si hay alguna ocasión
que algún soldado desboque
mi mando y mi decisión.
Navega esclavo mío
este baile en tu prisión.
Todo está preparado,
va llegando al corazón.
Y van cayendo mis guerreros
de esta lucha sin igual.
Ya recogen a los cuerpos.
Ya los tiran a la mar.
Soy el Capitán Pirata
de esta nueva sociedad.
Domino vidas en lata
frías y sucias, pssss,¡a callar!
domingo, 27 de enero de 2008
miércoles, 23 de enero de 2008
AMANECE INVIERNO
Y las aves migratorias,
Y la burra de la noria,
y los cantos de pitorra,
rozan embelesos los trigales
para oler sus aromas otoñales
de primeras lluvias invernales.
Y se oye el goteo de las canales.
Y despiertan confundidas y en pañales
las primeras florecillas olorosas.
Y se llenan los colegios de colegiales.
Y berrean los primeros nubarrales.
Y se asoman, y se agachan
pa inundar nuestros campos y humedales
Y la burra de la noria,
y los cantos de pitorra,
rozan embelesos los trigales
para oler sus aromas otoñales
de primeras lluvias invernales.
Y se oye el goteo de las canales.
Y despiertan confundidas y en pañales
las primeras florecillas olorosas.
Y se llenan los colegios de colegiales.
Y berrean los primeros nubarrales.
Y se asoman, y se agachan
pa inundar nuestros campos y humedales
sábado, 19 de enero de 2008
Mi perrina colorá
Mi perrina colorá
a una perdiz arremetía,
en los campos aquel día,
de mañana soleá.
¡A por ella!, le decía
con mi voz casi ahogá,
que se escapa de esta guerra
que la tenemos ganá.
En la boca la traía,
sonriendo a no poder más.
Hasta hablar parecía,
mi perrina colorá.
a una perdiz arremetía,
en los campos aquel día,
de mañana soleá.
¡A por ella!, le decía
con mi voz casi ahogá,
que se escapa de esta guerra
que la tenemos ganá.
En la boca la traía,
sonriendo a no poder más.
Hasta hablar parecía,
mi perrina colorá.
viernes, 18 de enero de 2008
Veda
Corren sudorosas estas nubes
por los campos de mi tierra en Octubre.
Corren y cargan con su aroma
peñas, llanos, montañas y sombras.
Los arroyos de la sierra ya sonríen,
los sonidos ya rezuman escopetas.
Los conejos ya esperan en la linde,
guturales alaridos de la guerra.
Vientos de poniente ya se acercan
a los campos abatidos de mi tierra.
vientos frescos, quejumbrosos que devuelven
vida en los campos y en la mesa.
por los campos de mi tierra en Octubre.
Corren y cargan con su aroma
peñas, llanos, montañas y sombras.
Los arroyos de la sierra ya sonríen,
los sonidos ya rezuman escopetas.
Los conejos ya esperan en la linde,
guturales alaridos de la guerra.
Vientos de poniente ya se acercan
a los campos abatidos de mi tierra.
vientos frescos, quejumbrosos que devuelven
vida en los campos y en la mesa.
AL Botijo
Recuerdo cuando niño
las interminables siestas
las burras allá en la cuesta
mirando con un guiño.
Recuerdo allí en la mesa
aquel artilugio con orejas
aquella piel suave y tersa
de color carne o de tejas.
¡Agua fresca!. Valga Dios
de este invento del Señor
que muchos hombres veneraron
como un pueblo a su patrón.
¡Vaya un nombre!, nombre pijo
que te puso tu creador,
todo un galán, todo un señor,
¡de aquí p´adelante serás Botijo!.
Contigo iban a las eras
los hombres del campo, de la Tierra
pasabas días y semanas enteras
al laito suyo, al laito de su vera.
Dichoso artilugio bendito
hecho estás con las manos,
das de beber al rey y al villano,
¡hasta te visten como a un señorito!.
Dichoso artilugio empolvado,
tal vez en un rincón olvidado
tu piel tersa aún no ha cambiado
esperas paciente y cuitado
las interminables siestas
las burras allá en la cuesta
mirando con un guiño.
Recuerdo allí en la mesa
aquel artilugio con orejas
aquella piel suave y tersa
de color carne o de tejas.
¡Agua fresca!. Valga Dios
de este invento del Señor
que muchos hombres veneraron
como un pueblo a su patrón.
¡Vaya un nombre!, nombre pijo
que te puso tu creador,
todo un galán, todo un señor,
¡de aquí p´adelante serás Botijo!.
Contigo iban a las eras
los hombres del campo, de la Tierra
pasabas días y semanas enteras
al laito suyo, al laito de su vera.
Dichoso artilugio bendito
hecho estás con las manos,
das de beber al rey y al villano,
¡hasta te visten como a un señorito!.
Dichoso artilugio empolvado,
tal vez en un rincón olvidado
tu piel tersa aún no ha cambiado
esperas paciente y cuitado
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